sábado

Los looters



Durante la inspección noté que dos de mis hombres estaban más lentos que el resto. Decidí ayudarlos para terminar de una buena vez. Lo agradecieron en silencio. Mis manos exploraban y asolaban sin pensar, se escurrían en la requisa, decomisaban cada minúsculo trozo de metal o piedra, rozaban los contornos descartando lo inútil, se filtraban hasta encontrar el lugar secreto. En eso estaba cuando percibí el quejido.”

Fragmento de Los looters.
Incluido en Breviario de furias, Santiago Arcos editor, 2011.




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